Sin apoyo suficiente, los profesionales de seguridad privada trabajan expuestos
Cada vez son más los eventos multitudinarios —festivales, partidos, ferias y celebraciones populares— que se celebran en toda España. Sin embargo, en muchos de estos operativos, los vigilantes de seguridad trabajan en condiciones críticas, sin refuerzos suficientes, sin equipos adecuados y con una clara desventaja frente a las masas que deben controlar.
Esta situación genera un doble riesgo: para el propio vigilante y para la seguridad de los asistentes.
📉 El problema: personal mínimo, exigencia máxima
En numerosos eventos, los vigilantes denuncian:
- Plantillas insuficientes para la magnitud del evento.
- Turnos excesivos sin pausas ni rotación.
- Falta de coordinadores, responsables o enlaces con cuerpos policiales.
- Zonas de trabajo sin cobertura, iluminación o salidas de emergencia claras.
Además, las empresas adjudicatarias muchas veces priorizan el presupuesto sobre la seguridad, reduciendo personal o sustituyéndolo por auxiliares no habilitados.
❗ Casos recientes que evidencian el problema
- Un vigilante agredido durante una avalancha en la entrada de un estadio.
- Intervenciones en solitario ante peleas masivas en conciertos.
- Controles de accesos donde se exigía revisar bolsos, cachear y controlar colas… todo a la vez.
- Vigilantes que acaban denunciando ansiedad y bajas por estrés tras eventos críticos.
🧷 El vigilante, el último eslabón… y el que da la cara
En la práctica, el vigilante es el único referente visible de autoridad en la mayoría de estos entornos. Cuando falta presencia policial o apoyo organizativo, es quien debe mediar, contener, intervenir… sin herramientas legales, sin defensa física y con la amenaza constante de ser grabado o denunciado.
¿Qué ocurre si todo sale mal? El vigilante queda expuesto a sanciones, despidos o lesiones.
✅ ¿Qué debería hacerse?
- Evaluación real de riesgos en función del aforo, zona y tipo de público.
- Refuerzos proporcionales, coordinados y bien distribuidos.
- Formación específica para eventos (control de masas, primeros auxilios, mediación).
- Supervisión y seguimiento por parte de las autoridades.
🧩 Conclusión
La seguridad en eventos masivos no puede depender de la improvisación ni del sacrificio personal del vigilante. Un profesional solo, sin refuerzo, no es garantía de nada.
Si se quiere prevenir incidentes graves, es imprescindible dotar a la seguridad privada de los medios humanos y materiales que necesita.